Las llamadas “bombillas de bajo consumo” son peligrosas para la salud

En 2009 cientos de miles de españoles recibieron en sus casas vales para canjearlos gratuitamente por “bombillas de bajo consumo”, en una luminosa idea del entonces no menos brillante Ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, que en un día de especial iluminación debió pensar que así contribuía a solucionar la crisis energética. Solo que tales bombillas (CFL según la denominación internacional) producen una polución electromagnética notablemente mayor que las convencionales y muchas personas reaccionan a ellas con dolores de cabeza que al cabo de muchas horas pueden -en casos extremos- provocar convulsiones, náuseas e, incluso, reacciones más graves. (...)