Ahora sí
Número 101 - Enero 2008
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Observa, lector, a un niño. Se cubre los ojos con las manos y dice que no está. Y obsérvate ahora a ti, lector, a ti que eres ya adulto. Te están poniendo una inyección, algo poco doloroso, no obstante lo habitual es que vuelvas la cabeza, que mitigues el dolor no mirando como la aguja entra en tu cuerpo. En ambos casos es la técnica del avestruz. Si no veo no me ven y si no miro no siento. En definitiva, lo que hacemos es obviar la información en el primer caso y retirar la comunicación en el segundo.

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