Codeína: otro analgésico sintético con efectos secundarios serios
Número 109 - Octubre 2008
Tiempo de lectura: 20 minutos
En 1832 el químico francés Pierre–Jean Robiquet extrajo del opio un alcaloide con propiedades sedantes, antitusivas y analgésicas –la codeína o metilmorfina– que incluso a las dosis terapéuticamente adecuadas, sola o mezclada con paracetamol, puede provocar malestar, estreñimiento, náuseas, mareos, vértigo, somnolencia, obnubilación, disforia, prurito, constipación, aumento de la presión en el tracto biliar, retención urinaria e hipotensión y generar dependencia e intoxicar el organismo si se abusa de ella. Es más, a dosis altas o mantenidas en el tiempo puede producir –entre otros efectos adversos– introversión, depresión respiratoria, temblores, obstrucción prostática y disfunción renal. Y si se abusa de forma crónica a altas dosis provocar fallos renales graves, úlcera péptica, trastornos y hemorragias gastrointestinales, ictericia, hipoglucemia, trombocitopenia, agranulocitosis, leucopenia, neutropenia, anemia hemolítica, cefalea, alteraciones de la tensión arterial, arritmias, reacciones de hipersensibilidad, convulsiones y trastornos psiquiátricos. Es más, en algunos casos puede llegar a aparecer apnea, colapso circulatorio, parada cardiaca y muerte. ¿Cree pues el lector que realmente se justifica su consumo habitual?

Este texto solo está disponible para suscriptores.