El agua es un elemento tan extraordinario que a pesar de que se la contamine y someta a diferentes tratamientos conserva al menos un 4% de la estructura residual de su fase cristalina. Y ese resto, aunque mínimo, permite reactivar la vida que hay en ella. Al menos eso es lo que asegura el investigador alemán Peter Gross, creador de un aparato de uso doméstico con el que –afirma- se puede convertir el agua corriente desestructurada y desenergetizada en agua viva, estructurada, de gran valor biológico y notables cualidades terapéuticas. Gross tuvo la deferencia de venir hasta nuestra redacción para (...)
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