Nuestros acuíferos están cada vez más contaminados por los fármacos que la sociedad consume de forma casi enfermiza -llegan a los ríos a través del alcantarillado- y como no los elimina ninguna depuradora los estamos ingiriendo a través del agua de los grifos y de los alimentos que se riegan con ella. De hecho cada vez más personas sufren trastornos de todo tipo y se está multiplicando el número de bacterias resistentes a los antibióticos. En 2010 ya se había comprobado que era así en las aguas del Ebro y en dos afluentes del Llobregat pero está pasando en toda (...)
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