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56
Diciembre 2003
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El hombre propone y Dios dispone

La madeja de la vida se va desenvolviendo con uno; parece seguir los caminos que uno recorre. Aunque creemos desenvolver el hilo de nuestra propia vida es la misma madeja, la vida, la que se desenvuelve señalándonos el camino. Cada acto inconsciente, cada accidente, cada fracaso aparente, tienen un propósito en el tejido de la vida. Ésta es otra lección que me regaló la selva en uno de esos días que nunca terminan, en la dimensión interior del tiempo.