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89
Diciembre 2006
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El peligro para la salud de los campos electromagnéticos está científicamente demostrado

A finales del verano de 2006 Unión Fenosa pretendió instalar en un barrio de Madrid líneas de alta tensión con una capacidad de 310.000 voltios a sólo dos metros bajo tierra en las inmediaciones de un gran número de viviendas ignorando los graves riesgos para la salud de los campos electromagnéticos. Ante la reacción indignada de los vecinos la obra se detuvo. En Patraix (Valencia) otro grupo de vecinos intentaría que no instalasen al lado de sus casas una subestación que recibiría ¡220.000 voltios! Paralelamente, en El Escorial (Madrid), cinco funcionarios de la Policía morían de cáncer en apenas 16 (...)