Centenares de estudios avalan las propiedades anticancerígenas del sulforafano, molécula que deriva de la hidrólisis del glucosinolato presente de forma abundante en el brécol o brócoli y, en menor medida, en otras crucíferas. Es eficaz incluso en mortíferos tipos de cáncer como el colorrectal, el de próstata, el de mama y el de pulmón; destacando en este último caso que sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes no solo son quimiopreventivas sino reparadoras y protectoras en estadios previos como la EPOC o la bronquitis crónica. Y sus beneficios van más allá pues está constatado que además de propiedades antibióticas, antivíricas y antifúngicas (...)
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