El estado de ánimo es determinante del estado de salud. Las personas alegres, risueñas, confiadas en la vida -y esa actitud no tiene nada que ver con la posición económica, social o laboral- son más felices. Igualmente sabemos que el estado de mayor sensación de felicidad lo provoca la risa. Y aún más la carcajada. Y que esa sensación de bienestar -siquiera sea momentáneo- se multiplica enormemente si además sentimos amor. Porque el amor y la risa constituyen un binomio insuperable capaz incluso de hacernos sanar de cualquier enfermedad. Sumarios: Las personas que han compartido situaciones de humor, que se (...)
Suscríbase para seguir leyendo
Este texto solo está disponible para suscriptores.