Las afectadas por la vacuna del VPH no quieren ser olvidadas
Número 118 - Julio - Agosto 2009
Tiempo de lectura: 24 minutos
Karla y Raquel, las niñas que padecieron un largo calvario hospitalario tras recibir Gardasil –la llamada vacuna contra el Virus del Papiloma Humano– se encuentran ya en casa. Pero ni para ellas ni para muchas otras niñas ha terminado la pesadilla. Sus males siguen y configuran una larga lista de problemas –dolores de cabeza, pérdida de fuerza en los miembros, fiebre alta, convulsiones…– que no pueden justificarse recurriendo a un inexistente Síncope del Adolescente y mucho menos a trastornos psicológicos. Es vergonzoso que hayan sido tratadas como histéricas. Las autoridades sanitarias, incapaces de reconocer que no saben cómo ayudarlas, intentan que nos olvidemos de sus casos. Pues bien, la pesadilla de todas ellas comenzó tras recibir la vacuna. Y vamos a recordarlo tantas veces como sea necesario.

Este texto solo está disponible para suscriptores.