Los peligros del timerosal de las vacunas
Número 122 - Diciembre 2009
Tiempo de lectura: 22 minutos
A pesar de estar considerado internacionalmente un potente neurotóxico y de los continuos avisos sobre su peligro –ocultados o descalificados por la industria y los funcionarios responsables de la dirección política de la salud– el mercurio, a través de una sustancia conocida como timerosal o tiomersal, continúa presente en algunas de las vacunas que nuestros hijos reciben desde el mismo instante de su nacimiento. La desidia de las autoridades sanitarias -nacionales e internacionales- es absoluta. No hay estudios del impacto directo del timerosal –etilmercurio- sobre la salud, no hay dosis mínimas establecidas de su presencia –si es que alguna dosis es buena– en el organismo, no se realizan estudios a largo plazo sobre la presencia acumulada de mercurio en el cuerpo de los niños enfermos de autismo y a pesar de todo continúa manteniéndose en el mercado. Aun cuando cada vez son más las voces que proclaman la relación del mercurio con diversas enfermedades neurológicas. Sólo nos queda ya pues apelar al sentido común de los padres.

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