Los siete grupos de tóxicos habituales más peligrosos para la salud
Número 134 - Enero 2011
Tiempo de lectura: 14 minutos
En el número anterior explicamos que para cualquier experto en Medicina Ambiental es preciso valorar en toda persona enferma –independientemente del diagnóstico que se le haya ofrecido- cuál es su carga corporal total –la cantidad de contaminantes procedentes del aire, el agua, los alimentos, la ropa y otros productos que penetran en el cuerpo y el organismo se ve obligado a procesar de forma adecuada para mantener la homeostasis y asegurar la supervivencia-, su nivel de adaptación -porque puede enmascarar los efectos producidos por los tóxicos que hay en el organismo-, su bipolaridad –pues la respuesta de los sistemas enzimáticos e inmunes de desintoxicación a la exposición a una sustancia tóxica se manifiesta en dos fases-, la expansión -la reacción secundaria del organismo a otros tóxicos-, el fenómeno de intercambio -un mismo tóxico puede provocar reacciones en un órgano totalmente diferentes a las que provoca en otro- y la individualidad bioquímica -la reacción ante los contaminantes es diferente en cada persona y depende de las reservas de nutrientes, las características de sus sistemas de desintoxicación y la capacidad inmunitaria para afrontar las agresiones tóxicas-. Asimismo explicamos en este mismo número –antes de seguir con la lectura de este texto sugerimos al lector que lea primero la entrevista que hemos hecho al investigador norteamericano Martin Pall quien asegura que muchas patologías –entre ellas la Fatiga Crónica, la Fibromialgia, la Sensibilidad Química Múltiple o el Trastorno de Estrés Postraumático- las provoca el desequilibrio de lo que denomina Ciclo NO/ONOO porque cualquier interferencia en el mismo puede dar lugar a procesos inflamatorios, estrés oxidativo, menor producción de energía en las mitocondrias, mutaciones celulares, daños en el ADN de las células y proteínas, una excesiva actividad de neurorreceptores NMDA, la alteración del nivel de calcio intracelular y la desregulación de la proteína NF-kB.
Dicho esto en este texto vamos a centrarnos en los siete grupos de tóxicos que han sido ya identificados como responsables de muchas de tales patologías a fin de que el lector tenga conocimiento de su peligrosidad y los evite. Y lo hacemos de nuevo de la mano de la doctora Pilar Muñoz Calero, presidenta de la Fundación Alborada, quien amablemente accedió a explicárnoslo.

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