El derecho a la salud se halla hoy día en peligro. Y las causas son muchas y variadas aunque la principal sea una bien conocida: la enfermedad se ha convertido en uno de los negocios más prósperos y por tanto está controlado por grupos de interés a cuyo poder e influencia no escapa ningún gobierno ni organismo internacional, incluida la OMS. De ahí que la legislación sanitaria y las recomendaciones en ese ámbito sean objeto de luchas clandestinas especialmente desde que los estados dedican cantidades ingentes a ello. Por eso hay muchos aspectos que hoy limitan -o pueden hacerlo- el (...)
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