Estudios publicados en las propias revistas así como declaraciones de editores y autores de renombre confirman anteriores denuncias de analistas independientes: la manipulación y falsificación de datos, la censura a través del peer review -o revisión por pares-, las perversiones metodológicas, las prioridades de investigación y publicación de las multinacionales farmacéuticas o el conocido como medical ghostwriting -médicos que cobran hasta 50.000 dólares por firmar artículos preparados por las empresas- son prácticas habituales en las revistas científicas más importantes del mundo. Habiendo dado el último toque de atención Randy Schekman, Premio Nobel de Medicina 2013, quien ha dicho que ¡no (...)
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