Mientras las administraciones sanitarias españolas dilapidaban en plena crisis el erario público subvencionando la gratuitamente llamada Vacuna contra el Virus del Papiloma Humano e instando a los padres a que se la pusieran a sus hijas –aun cuando es “voluntaria” y jamás ha demostrado su eficacia- el número de niñas que sufría graves efectos secundarios e incluso muertes achacadas a ella aumentaba. En Estados Unidos habían fallecido en 2008 -tras ser vacunadas- 18 niñas mientras más de 8.000 sufrieron «eventos adversos». Razón por la que se presentaron ante los tribunales las primeras demandas contra Merck, fabricante de Gardasil. Obviamente tanto (...)
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