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80
Febrero 2006
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Prepare los alimentos como quiera… ¡pero nunca a altas temperaturas!

El uso del calor a la hora de preparar los alimentos permite alargar su vida –entre otras cosas– porque inactiva o destruye diferentes patógenos que los harían incomestibles en poco tiempo. El problema es que si se somete a temperaturas muy elevadas o durante mucho tiempo a algunos –lo que ocurre al freír, asar u hornear– los efectos pueden resultar muy diferentes a los deseados hasta el punto de poder generar un terreno propicio para la aparición de enfermedades graves, cáncer incluido. De ahí que muchos expertos recomienden evitarlo y, en la medida de lo posible, se consuman los productos frescos y crudos o, al menos, poco hechos; especialmente si se está débil o afectado por alguna dolencia.