Una cuestión de tolerancia: portar un microorganismo patógeno no implica caer enfermo
Número 236 - Abril 2020
Tiempo de lectura: 13 minutos
Todos los seres vivos -plantas, animales y humanos- vivimos en armoniosa simbiosis con millones de bacterias y virus que sin embargo se vuelven patógenos cuando se rompe la homeostasis, el necesario equilibrio. Pues bien son cada vez más las investigaciones científicas que encuentran evidencias de que en una persona una bacteria usualmente comensal e incluso benéfica se vuelve virulenta cuando le falta algún nutriente vital para su existencia o bien se genera un desequilibrio nutricional que favorece a una población bacteriana en detrimento de otras. La diferencia entre salud y enfermedad no depende pues solo de poseer un sistema inmune activo sino de que nuestras células de defensa convivan en armonía con el microbioma interno.
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