El problema de las escobas tradicionales es que levantan las micropartículas que se acumulan en los suelos de nuestras casas, colegios y lugares de trabajo haciendo que permanezcan en suspensión en el aire durante algún tiempo y entren en nosotros a través de las fosas nasales y la boca además de impregnar nuestros ojos, la piel y la ropa. Y ello puede provocar alergias, asma, dermatitis, rinitis y otras dolencias. Pues bien, con la mayor parte las aspiradoras pasa lo mismo ya que se calcula que en torno al 40% de las partículas que aspiran termina volviendo a la (...)
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