Las compañías farmacéuticas son legalmente responsables de los efectos secundarios de sus medicamentos. El hecho de que estén aprobados por las correspondientes agencias reguladoras no las exime de esa ...
La actitud sobre los fármacos en España -como en el resto del mundo- roza ya lo esperpéntico. Nuestras farmacias están cada vez más repletas de medicamentos peligrosos capaces de provocar gravísimos efectos secundarios ...
No está demostrado que el fármaco más usado contra la gripe, el popular Tamiflu -cuyo principio activo es el oseltamivir-, sea eficaz y seguro. Lo hemos dicho hasta la saciedad en los últimos meses ...
La afirmación de que tener demasiado colesterol en sangre puede causar aterosclerosis y, por ende, todo tipo de enfermedades cardiovasculares no ha sido demostrada científicamente jamás. Antes bien, existen estudios que demuestran que ...
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictaminado en una reciente sentencia que la venta por correo -e, incluso, la venta por Internet- de medicamentos que no requieren prescripción médica y estén autorizados en alguno ...
Jose Antonio Campoy: “Los partidos políticos se han convertido en pesebres, en agencias de colocación de familiares, amigos y amiguetes”
Publicamos la séptima y última parte de la entrevista a Jose Antonio Campoy que venimos ofreciendo desde el pasado 1 de octubre en la que plasma y justifica su aseveración de que la mayoría de nuestras creencias son falsas y es urgente que despertemos, pensemos por nosotros mismos, ampliemos nuestra conciencia y seamos conscientes de la realidad en la que estamos inmersos o seguiremos viviendo sonámbulos. Y en esta última entrega lo hace citando muchas de las creencias socialmente aceptadas que, a su juicio, son manifiestamente falsas y aun así fueron asumidas –y todavía lo son– por un gran número de personas. Lo insólito es que no se trata de unas cuantas creencias sino de muchísimas. Es más, propone un nuevo sistema democrático que sustituya –desafiando lo que la mayoría propugna–a la democracia partitocrática, a fin de dificultar el control del planeta por la élite globalitaria.