La industria alimentaria ha aprendido de la farmacéutica que una buena manera de ganar dinero es convencer al público de que sus productos tienen unas propiedades extraordinarias para tratar algún problema de salud, sea éste real o inventado. Siendo el más utilizado el convencimiento general...
Los antidepresivos "modernos" -los conocidos inhibidores de recaptación de la serotonina- de los que la fluoxetina -comercialmente más conocido como Prozac- es desde hace veinte años la estrella de los fármacos son tan eficaces para tratar ...
La inocuidad de los teléfonos móviles cuando se usan de forma habitual no está científicamente demostrada. Y punto. Antes bien, hay numerosas evidencias de su potencial peligrosidad, muy especialmente en el caso de niños y adolescentes. ...
La afirmación de que tener demasiado colesterol en sangre puede causar aterosclerosis y, por ende, todo tipo de enfermedades cardiovasculares no ha sido demostrada científicamente jamás. Antes bien, existen estudios que demuestran que ...
Que cualquier principio activo presente en una planta, un alimento o un fármaco pueda tener, diluido miles de veces, el mismo o mejor resultado terapéutico que sin diluir resulta sorprendente para cualquier médico convencional aunque ....
Las compañías farmacéuticas son legalmente responsables de los efectos secundarios de sus medicamentos. El hecho de que estén aprobados por las correspondientes agencias reguladoras no las exime de esa ...
Inicio / Revistas / Número 78 / ¿Por qué se permite comercializar fármacos peligrosos que no curan nada?
¿Ha dejado de ser saludable comer pescado y marisco?
La pregunta del titular puede parecerle a algunos absurda pero es que hoy la inmensa mayoría de esos animales salvajes que viven en mares y océanos están contaminados por químicos industriales y metales pesados (mercurio, cadmio, plomo y estaño), infectados por parásitos (como el anisakis) o dañados por microplásticos. Y los de acuicultura están siendo alimentados con piensos elaborados con desechos de pollo, pavo y cerdo así como con harinas de soja, trigo y maíz no pertenecientes a su cadena alimentaria natural marina y no son adecuados. Es más, por increíble que pueda parecer a los producidos en cautividad se les vacuna y se les dan antibióticos, antiparasitarios, antisépticos, sedantes, anestésicos, etc. De hecho, solo en la Unión Europea hay autorizados ya más de 300 fármacos en la acuicultura, la mitad de ellos vacunas. El peligro para la salud es pues cada vez mayor.